Con la información proporcionada por el científico, se pone en marcha un proceso de documentación para garantizar la comprensión del espécimen que se va a ilustrar, con el objetivo de identificar las características distintivas de la especie, su tamaño y proporciones en la fase de vida deseada.
A continuación se realiza un dibujo lineal que represente lo esencial para ilustrar el arquetipo de la especie. Este boceto inicial se envía al científico para que realice las correcciones necesarias.
Una vez que el científico ha aprobado el boceto, el proceso continúa.
Para obtener la forma tridimensional del objeto con todas sus texturas, los modelos se montan en el ángulo de iluminación tradicionalmente utilizado en la ilustración científica (45º grados esquina superior izquierda).
Toda la información obtenida del estudio de luces y sombras se utiliza para ilustrar el arquetipo de la especie en grafito, con el fin de elaborar un mapa de volumen que luego se plasmará en color.
Este estudio es el segundo borrador que se envía al científico, que comprueba que todas las estructuras y formas estén correctamente representadas.
Utilizando la teoría del color, se hace una preselección de los colores primarios necesarios para crear la paleta de la ilustración.
Para obtener los tonos exactos representativos de la especie, se analizan las posibles mezclas con el fin de establecer una paleta de colores especial para la ilustración. A continuación, estas mezclas se etiquetan y catalogan para poder reproducirlas en la ilustración final.